martes, 25 de enero de 2011

sábado, 1 de enero de 2011

Sagrada Familia-Gaudí






Perfumes de la noche de Alejandría
















azmicle y ambarina;

esencia de incienso, pachuli

y la mirra que adormece los sentidos.










Fluctuaciones de heliótropo y azucenas

combinadas con el zumo aceitoso que destilan las gardenias














Granadas de los huertos de Tiro...
















Y Amor los reprodujo en un despliegue de espejos dorados,






 

y arrojó sobre ellos un rocío de piedras preciosas






Llovían esmeraldas sobre sus ojos.


Llovían ópalos, perlas ónices, zafiros, turquesas y aguamarinas.























Juego de lunas insertadas en el blanco marfil























El éxtasis era un cofre repleto de aromas compuestos por dieciseis especies de sustancias









cómo el perfume aletargador llamado kyphi













El estallido de los planetas, encastrado para siempre en una tela primorosa
































nevadas con racimos de uva plateada espolvoreada con oro,








semejante a un frondoso bosque, cuyos árboles en vez de nieve hubiesen recibido un baño de sol.













La galera parecía arder sobre las aguas.



La popa era de oro,

las velas de púrpura, los mástiles de marfil









y tanto perfume esparcían los esclavos, 
que el propio viento languideció

al llevarse a la ciudad un mensaje de rosas.






































Los remos eran de plata,

recordaban con sus golpes el sonido de mil flautas divinamente melodiosas.












 Forzaban al agua a seguir, cómo si se hubiese enamorado de ellos.





Todo el velamen se inflaba bajo la maniobra de aquél cuerpo tan suave.
















Guirnaldas de flores salvajes, desconocidas en aquellas latitudes,
 











envueltos en terciopelos encendidos




































Luna,

la caricia de sus rayos, dardos de nieve

obra el prodigio de darme lava en lugar de agua de nieve










Diriase un baño de amatistas



















 La luna hinchó completamente,
y envió filtros de amor












Sólo fuí nieve que navegó errante por las

aguas donde flotan las lágrimas










Cuando a medianoche,

se escuche pasar una invisible comparsa,

con música maravillosa y grandes voces

 














































































































































cómo hombre preparado

desde hace tiempo atrás,

cómo un valiente

dí adiós a tu Alejandría.

que se aleja









NO DIGAS QUE FUÉ UN SUEÑO

 





cómo corresponde a quién de tal ciudad fué digno,

acercaté con paso firme


y escucha con emoción

los sones, los maravillosos instrumentos

de la comparsa misteriosa








































Estrella!

Tu luz no ha de apagarse

mientras suene mi música